Diciembre y Enero fueron unos meses llenos de comidas exóticas y fuera de lo común.
Comenzamos con unos camarones al tequila preparados de manera magistral por mi marido, y también gracias a su auspicio.
Lo más extremo que he comido en mi vida han sido escamoles, nada más y nada menos que huevos de hormiga. Todo un manjar y un platillo muy codiciado aquí en mi lindo México. A la mantequilla y con buena compañía son grandiosos.
Ahora unos ricos y breves sopes llenos de longaniza y unos deliciosos frijoles negros... Se me hace de nuevo agua la boca.
En nuestro aniversario de mes mi marido nos sorprendió con unas crepas de jamaica y chile de árbol que suenan más agresivas de lo que son. Acompañadas por algo de espagueti a la boloñesa de un día anterior. Simplemente ricas..!!
Para cerrar la comelitona seguimos con fruta fresca. Nada que reconforte más el cuerpo y el alma como el aroma de la fruta. O que tal algo más culposo como una buena taza de café y unos buñuelos.
Ahora entiendo porque subí un par de kilos éstas fechas, y ahora que veo mi plato de lechuga y pienso en lo que comí pues no me siento tan culpable..
;)
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